sábado, 3 de marzo de 2012

Apagada.

Sentirse apagada. Olvidada. Sin importancia.
Esos días en los que lo único que quieres es desaparecer de la faz de la tierra y meterte en tu cama, aun que sean las seis de la tarde, con la persiana bajada para que no entre la luz y tu música con tus cascos. Prefiriendo centrarte en las letras de las caciones que es tus propios problemas.
Reflexionas. Y te das cuenta de que son problemas insignificantes, que se arreglan con tan solo una decisión.
La tuya.